Si bien realizar las actividades de la vida diaria no significan un desafío cuando somos jóvenes, requieren de un complejo trabajo integrado de diferentes habilidades cognitivas, que nos permiten realizar tareas simples y complejas. Éstas habilidades se ven afectadas por diferentes factores, entre ellas, enfermedades degenerativas y el envejecimiento, interfiriendo significativamente en la calidad de vida.
De ahí la importancia de los programas de estimulación cognitiva, que brinda ejercicios específicos dirigidos a potenciar el lenguaje, la memoria, atención y razonamiento, para prevenir el progreso del deterioro cognitivo y posibles demencias.
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